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Nervio vago = 109 Hz

 

¡Por mucho que sepamos que la glándula pineal es la conductora de las glándulas endocrinas, ignoramos el nervio vago y su papel como conductor de nuestra “medicina corporal”!

 

Depende de nosotros cuidarlo cada día para cultivar nuestro bienestar y preservar nuestra salud. El nervio vago es el nervio más largo y ramificado del sistema parasimpático. Es el décimo de los 12 nervios craneales. Conecta el cráneo con los órganos del sistema digestivo. Participa en la activación del sistema digestivo y regula el ritmo cardíaco. Es el único que sale del cerebro y el único que puede agotarse...

El NV tiene 4 funciones principales:

  • El 80% de la información que circula por este nervio se llama aferente, es decir que circula desde el intestino hasta el cerebro.

  • El 15% de la información que pasa por el NV corresponde a la función parasimpática y a la regulación esencialmente de la porción digestiva del sistema nervioso autónomo.

  • El 4% de la información de la NV se denomina modal: consiste en indicar a los músculos del sistema respiratorio, garganta, cuerdas vocales, cuello y músculos faciales que nos ayuden a respirar, a no ahogarnos, a masticar bien, etc.

  • El 1% de la información NV se localiza en una porción muy pequeña de la piel de las orejas.

Y lo fascinante es que podemos usar este 4+1% para activar el otro 95% de la información. El nervio vago también ayuda a regular la vía colinérgica antiinflamatoria.

Estimula tu nervio vago, tu salud depende de ello. Todos los síntomas indicados a continuación están incluidos y tratados en el tratamiento del mismo título, con el fin de reforzar estos efectos incluidos en la frecuencia de los nervios vagos originales. Doble efecto positivo de beso fresco.

Síntomas y frecuencias utilizadas para este conductor:

  • Fatiga extrema, (Adición, entre otras cosas, de Mitocondrias en el tratamiento)

  • Náuseas,

  • Migrañas,

  • Problemas de tránsito… que se amplificaron durante períodos de tensión nerviosa, estrés

  • Rigidez en el cuello

  • Dolor de cuello inexplicable

  • Dolor de cabeza

  • Trastornos digestivos (Presencia de frecuencia de optimización del hipotálamo)

  • Enrojecimiento de la cara (vasodilatación de los vasos sanguíneos)

  • La enfermedad de Meniere

  • Frecuencia cardíaca irregular y frecuencia cardíaca disminuida

  • Sudoración excesiva

  • Sensación de frío en las extremidades...

  • Piernas inquietas

  • Varias inflamaciones

  • Estados de estrés y ansiedad

  • Enfermedades crónicas (frecuencias RIFE 10.000 Hz)

  • Pensamientos negativos (antifrecuencia y depresores de energía)

  • Presión arterial (Presencia de frecuencia de optimización del hipotálamo)

  • Miosis

  • Aumento de la secreción de saliva (sialorrea)

  • Espasmos musculares

  • Diarrea en episodios

  • Problemas respiratorios

  • Fibromialgia (estudio confirmatorio en curso)

  • Alzheimer (estudio confirmatorio en curso)

  • Malestar vagal

  • Voz ronca

  • Timidez, dificultad para acercarse a los demás.

  • Intestino irritable

  • Enfermedades inflamatorias intestinales crónicas.

  • Sensación de frío subliminal porque el nervio vago o parasimpático ama el frío para optimizar su eficacia.

  • Frecuencia solar (126,22 Hz) porque al nervio vago le gusta la exposición a la luz solar y/o el ayuno intermitente y la actividad física si no se tiene una frecuencia para escuchar.

Antiinflamatorio natural Calmante los nervios parasimpáticos. Activación del sistema inmunológico. Gran conductor de la respiración lenta aportando toda una serie de beneficios. Fibra utilitaria del sistema nervioso parasimpático, el sistema nervioso calmante del cuerpo.

Este nervio, que sólo tiene un nombre de onda, sale del cerebro, desciende por el cuello (Frecuencia para desbloquear el ATLAS - 1ª vértebra cervical (284 Hz) - que de otro modo ya no permite que el nervio vago desempeñe su función) y une varios órganos vitales. órganos, incluido el corazón. e interviene en:

  1. Aumento y pérdida de peso,

  2. Digestión

  3. Inflamación,

  4. Equilibrio de la microbiota intestinal,

  5. Fenómenos dolorosos,

  6. Defensas inmunes...

 

Controla el sistema cardiovascular (frecuencia cardíaca, presión arterial, etc.), la respiración (ritmo, amplitud, etc.), el azúcar en sangre (nivel de azúcar en sangre), etc. Lo has comprendido: tu nervio vago tiene un vasto territorio de actividad, cuyo la ciencia aún no ha trazado todos los contornos.

Muy recientemente, por ejemplo, ha circulado información que sugiere el efecto positivo de la estimulación eléctrica del nervio vago (bajo supervisión médica) en el tratamiento del síndrome de piernas inquietas, una patología inicialmente vaga que se manifiesta por sensaciones dolorosas en las extremidades y para la que existe ningún tratamiento probado.

La anatomía del nervio vago se conoce desde hace siglos, pero hubo que pasar mucho tiempo para empezar a ver su importancia en nuestro equilibrio interno. Porque, como descubrirás, es posible estimular y equilibrar la actividad de este nervio para armonizar nuestras funciones internas.

 

Si sufres de diversas inflamaciones, estrés (plural), enfermedades crónicas, pensamientos negativos este episodio te fascinará.

LA RESPIRACIÓN PROFUNDA está en el origen de tu BIENESTAR ligada al buen funcionamiento de tu NERVIO VAGO Pero entonces ¿por qué se bloquea el nervio vago? …¡Por mala respiración! La razón más común de una mala señalización vagal (mal funcionamiento del nervio vago) es la mala respiración. La mayoría de nosotros respiramos de manera incorrecta e ineficiente por razones inútiles e inconscientes que provienen de la niñez. Esta forma incorrecta de respirar es la causa de muchos problemas nerviosos. Dado que los movimientos de expansión y depresión del pecho que realizamos no son suficientes, no expandimos eficazmente nuestros pulmones y la función de señalización del nervio vago se ve afectada. En otras palabras, la transmisión de señales por el nervio vago se vuelve menos eficiente a medida que nuestra respiración se vuelve menos eficiente.

La mitocondria constituye el lugar de la respiración celular. ​

 

El NERVIO VAGO nos dice mucho… Este nervio transporta información motora, sensitiva y sensorial a través de un área grande y juega un papel importante en el buen funcionamiento de nuestro cuerpo dentro del sistema neurovegetativo.

 

En realidad, se trata de un par de nervios ubicados a cada lado del cuerpo. Pertenecen a los doce pares de nervios craneales. Se originan en los núcleos grises del cerebro. Luego, abandonan el cráneo, descienden hasta el cuello (desde donde una rama nerviosa va hacia las cuerdas vocales), recorren el esófago, atraviesan el mediastino (región de la caja torácica situada entre los pulmones y que contiene el corazón, el esófago, la tráquea y los dos bronquios principales) y el diafragma antes de llegar al abdomen donde se dividen en numerosos hilos nerviosos que inervarán el hígado, el estómago, el bazo, los intestinos.

La función del nervio vago es ralentizar nuestro organismo cuando es necesario. Para conseguirlo, desencadena la secreción de acetilcolina, un neurotransmisor que tiene el efecto de ralentizar la frecuencia de los latidos del corazón, reducir el calibre de los bronquios, disminuir la presión arterial, fortalecer la contracción de los músculos autónomos del tracto digestivo y aumentar la secreción de saliva y jugos digestivos para facilitar la digestión. Gracias a este nervio vago, el sistema nervioso central recibe información de todos los órganos inervados y controla el funcionamiento de las vísceras entre la parte superior del tórax y dos tercios del colon. El nervio vago está implicado en el sistema neurovegetativo de nuestro cuerpo que está compuesto por dos sistemas antagónicos, el simpático y el parasimpático.

Por su parte pertenece al parasimpático. Inerva los plexos faríngeo, cardíaco, solar, intestinal y pélvico. Cuando está demasiado activado, lo que también se llama vagotonía, tensa estos plexos y provoca estos temidos estados de ansiedad, esto es ansiedad sin objeto. Esta vagotonía también provoca bradicardia (disminución del ritmo cardíaco), descenso de la presión arterial, miosis (disminución del tamaño de la pupila), sudoración excesiva, aumento de la secreción de saliva, espasmos musculares, episodios de diarrea, problemas respiratorios, molestias vagales (por falta de oxigenación del cerebro), voz ronca, timidez, rubor (vasodilatación de los vasos sanguíneos), dificultad para acercarse a los demás

El nervio vago tiene propiedades antiinflamatorias. A través de él, el cerebro y los intestinos mantienen una relación bidireccional privilegiada. De este modo, el cerebro está continuamente informado sobre el estado digestivo, la actividad de la microbiota y las células inmunitarias intestinales. A cambio, regula la digestión y puede desencadenar reacciones de defensa inmunitaria. Las disfunciones de este eje neurodigestivo se correlacionarían con el síndrome del intestino irritable y con enfermedades inflamatorias intestinales crónicas.

 

 

El nervio vago: centinela del bienestar A veces nos preguntamos cómo nuestro cuerpo consigue gestionar de forma tan fiable la circulación permanente de innumerables señales nerviosas enviadas por nuestro cerebro, nuestro corazón, nuestro intestino, nuestro hígado… a las células de todo el cuerpo. Es difícil imaginar nuestro cuerpo como una “máquina” tan sofisticada y eficiente, capaz de regular tantas funciones vitales. La parte del sistema nervioso que se encarga de estos mecanismos se llama autónoma y gestiona una acción llamada ortosimpática (o simpática) y otra llamada parasimpática.

 

Es el equilibrio entre ambos lo que asegura el buen funcionamiento del organismo. En el lado ortosimpático, este sistema gobierna la regulación y, a veces de forma brutal, la adaptación del cuerpo a los estímulos y al estrés gracias a dos mediadores químicos, la adrenalina y la noradrenalina. Del lado parasimpático, el discreto regulador de la mecánica fisiológica es el nervio más largo del cuerpo humano, el neumogástrico, también conocido como nervio vago, y que debe este nombre a que, entre todos los demás nervios, tiene el territorio de acción el más extenso.

En realidad, se trata de un nervio doble con numerosas ramas, que parte del cerebro y desciende hasta el abdomen a través de las cavidades torácicas. Nuestros órganos lo utilizan, en cierto sentido, para transmitir información química, mecánica y térmica al cerebro; y en el otro sentido, el cerebro lo utiliza para transmitir sus órdenes a todas nuestras vísceras. La importancia del campo de acción del nervio vago en los órganos y células implica necesariamente que, si este funciona mal, esto puede dar lugar a síntomas muy diversos, a veces leves, otras graves.

¿Qué hace el nervio vago? La función del nervio vago es mantener el equilibrio –homeostasis– entre los órganos y los diferentes sistemas del cuerpo, y garantizar su funcionamiento óptimo: mantener la forma física y mental, para no enfermar, para no enfermarse. No sufras, para que seas eficiente y feliz de vivir.

. La homeostasis ayuda a mantener el funcionamiento óptimo de los niveles de agua, oxígeno, PH, azúcar en sangre, así como la temperatura corporal en diferentes ambientes. Permite a los seres vivos garantizar una cierta estabilidad a pesar de las perturbaciones.

Por tanto, es una herramienta especialmente útil en nuestra época, en la que el mundo exterior y la vida cotidiana son cada vez más estresantes y agotadores, y donde pueden desarrollarse muchas patologías en función de nuestro estilo de vida.

El nervio vago constituye alrededor del 75 por ciento de la inervación parasimpática, lo que ayuda a promover la relajación y mantener la calma, a diferencia del sistema nervioso ortosimpático, que es responsable de las respuestas de lucha y huida. Este nervio gestiona la respuesta natural al estrés y, cuando es necesario, prepara el cuerpo para afrontar las consecuencias de este estrés aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración, y controlando los niveles de azúcar en sangre. Cuanto más agitada, agresiva, agotadora sea tu vida, o cuanto más abuses de tu cuerpo (mala alimentación, falta de sueño, excesos, etc.), más se estresará el nervio vago. Por otro lado, en condiciones normales, cuando los sistemas para y ortosimpático están equilibrados, es muy eficaz.

Las esferas de acción del nervio vago. En la práctica, a nivel motor, el nervio vago inerva los músculos elevadores del paladar blando y ciertos músculos constrictores de la faringe y la laringe. También controla la sensibilidad somática de la faringe, laringe y epiglotis, y asegura la transmisión de parte de la información gustativa. Es sobre todo una vía importante para el funcionamiento de, entre otros, la tráquea, los bronquios, los pulmones, el corazón, los riñones, el bazo, el hígado y los intestinos, así como para la motricidad visceral.

También regula la secreción de las glándulas suprarrenales, páncreas, tiroides y glándulas endocrinas. Una de las particularidades del nervio vago es que puede controlar el corazón. Cuando todo va bien, los sistemas orto y parasimpático se sincronizan y el corazón late al ritmo ideal para funcionar bien. Pero cuando estás estresado y tu presión arterial aumenta, el sistema ortosimpático reacciona acelerando el ritmo cardíaco. Entonces es el sistema parasimpático el que permite hacer frente a la situación: estimula el funcionamiento del corazón y aumenta el ritmo de bombeo y la presión de las contracciones en los dos ventrículos. Luego, una vez que el estrés ha disminuido, el nervio vago devuelve el corazón al modo de reposo, a su ritmo habitual, estimulando la secreción de acetilcolina por parte de determinadas neuronas.

La función del corazón es transportar sangre rica en nutrientes y oxígeno a las células que las limpiarán de toxinas, por lo que es fundamental que su ritmo se vea lo menos perturbado posible por una vida estresante o un ataque a sus funciones fisiológicas. : cansancio intenso, mala alimentación, excesos…

El nervio vago también controla muchas funciones del hígado, así como el vaciado de la vesícula biliar. Transporta mucha información al hígado y luego del hígado al resto del cuerpo. Y cuando los sistemas orto y parasimpático ya no están sincronizados, el hígado ya no puede realizar estas tareas.

Sin embargo, después de ser purificada por el hígado, la sangre viaja tres veces por minuto por todo el cuerpo para nutrir las células. Esto le indica la importancia del trabajo del hígado en su cuerpo. Entonces, si el nervio vago reacciona mal, después de un estrés, por ejemplo, bloqueará el diafragma, acortará la respiración y alejará la sangre del hígado (y del sistema digestivo) y luego la dirigirá hacia las extremidades, mientras que el equilibrio entre los nervios orto y Se restablece el sistema parasimpático. Pero si esto sucede con demasiada frecuencia, el hígado y, por tanto, la circulación sanguínea se verán afectados, al igual que su salud.

El nervio vago también juega un papel importante en la regulación de la inflamación.

 

Solemos ver sólo el lado negativo de la inflamación y olvidar que es uno de los mecanismos de defensa esenciales frente a una gran cantidad de patógenos, como mecanismo de alerta y movilización del sistema inmunológico. El cuerpo normalmente reacciona con inflamación a todos los ataques y tensiones mentales y emocionales. Pero si esta reacción se vuelve crónica, puede contribuir a la aparición de numerosas enfermedades civilizacionales: cánceres, enfermedades autoinmunes, degenerativas, cardiometabólicas, etc.

Sin embargo, si se activa adecuadamente, el nervio vago actúa positivamente en la regulación de la inflamación. A través de la acetilcolina, envía la señal a las células inmunitarias (especialmente las del intestino) para que reduzcan la inflamación tan pronto como ya no sea necesaria.

Signos de un mal funcionamiento

¿Cómo saber cuándo el nervio vago está bajo ataque o cuando no funciona? Observándote a ti mismo. Las “responsabilidades” del nervio vago son tan numerosas que una disfunción puede expresarse en áreas y zonas muy diversas, creando una perturbación en el organismo que luego se manifiesta a través de determinados síntomas.

Par exemple :

  • Est-ce que vous êtes souvent stressé, ou bien très sédentaire, ou vite fatigué ?

  • Avez-vous une sensation de « boule au ventre » en cas de stress ?

  • Êtes-vous sujet aux ballonnements ?

  • Avez-vous du mal à digérer ?

  • Souffrez-vous d’une maladie inflammatoire, d’un diabète, d’une boulimie (êtes-vous en surpoids), d’une hypertension ?

  • Subissez-vous des troubles du sommeil ?

Ou encore :

  • votre voix est-elle rauque ou monotone ?

  • Faites-vous des fausses routes en avalant ?

  • Avez-vous cessé d’éprouver des sensations de faim ou de satiété ?

  • Perdez-vous votre goût ?

  • Transpirez-vous beaucoup ?

  • Avez-vous du mal à saliver ?

  • Avez-vous l’impression d’uriner peu ?

  • Constatez-vous une baisse de l’excitation sexuelle ?

  • Est-ce qu’il vous semble que votre mémoire est moins performante ?

  • Que votre humeur est très changeante ?

Un ou quelques-uns de ces signes sont suffisants pour vous alerter sur le fonctionnement de votre nerf vague et la nécessité de son rééquilibrage (ces signes d'un dysfonctionnement ne sont donnés qu'à titre indicatif).

 

Le stress est la cause la plus commune d’une perturbation du nerf vague. Apprendre à le gérer, ainsi que tous les problèmes qui engendrent un désordre nerveux, est donc une des premières choses à faire pour maintenir son bon fonctionnement, en stimulant votre calme et votre détente.

 

Rire et chanter amplifient la respiration, détendent profondément l’organisme et stimulent positivement le nerf vague

 

Rétablir l’équilibre du nerf vague

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L’oreille est parcourue par le nerf vague, et c’est un organe facilement accessible. Elle est donc utile pour participer à la régulation du fonctionnement parasympathique. Par exemple, une impulsion électrique appliquée dans l'oreille se transmet rapidement à tous les organes de la vie végétative que le nerf vague traverse. L’oreille est donc particulièrement intéressante, par exemple dans l’acupuncture et l’électrostimulation, pour obtenir l’amélioration de tous les organes innervés par le nerf vague.

Toute inflammation vient d’un déséquilibre qui s’il se maintient dans le temps va obliger le  corps à payer un certain prix pour compenser.

Il va devoir faire des compromis et  il doit prioritairement maintenir le taux de sel et l’hydratation. C’est le choix entre ces deux priorités qui génère de l’inflammation

 

COVID long : Des effets du SRAS-CoV-2 sur le nerf vague

Cette étude pilote menée par une équipe de neurologues de l'hôpital universitaire de Badalona, ​​(Espagne) suggère que de nombreux symptômes du COVID long pourraient être liés aux effets du SRAS-CoV-2 sur le nerf vague, l'un des nerfs multifonctionnels les plus importants du corps.

 

La recherche, présentée à l’European Congress of Clinical Microbiology and Infectious Diseases (ECCMID 2022, Lisbonne) apporte ainsi l’une des premières explications de la prévalence des symptômes neurologiques, mais aussi du large spectre de symptômes, multisystémiques, dans ces formes longues de la maladie COVID.

Car le nerf vague s'étend du cerveau jusqu'au torse et au cœur, aux poumons et aux intestins, ainsi qu'à plusieurs muscles, y compris ceux impliqués dans la déglutition.

En tant que tel, ce nerf est responsable d'une grande variété de fonctions corporelles, notamment:

  • le contrôle de la fréquence cardiaque,

  • la parole,

  • le réflexe nauséeux,

  • le transfert des aliments de la bouche à l'estomac,

  • le déplacement des aliments dans les intestins,

  • la transpiration et bien d'autres fonctions encore.

 

Aujourd’hui, les études épidémiologiques estiment que le COVID long affecte environ 10 à 15 % des patients survivant à une forme modérée à sévère de COVID-19.

Les chercheurs espagnols documentent ici l’hypothèse selon laquelle le dysfonctionnement du nerf vague médié par le SARS-CoV-2 explique une bonne partie des symptômes des COVID longs, notamment la dysphonie (problèmes de voix persistants), la dysphagie (difficulté à avaler), les étourdissements, la tachycardie (fréquence cardiaque anormalement élevée), l’hypotension orthostatique (pression artérielle basse) et la diarrhée.

 

L'étude : il s’agit de l’analyse des données d’évaluation morphologique et fonctionnelle du nerf vague, à l'aide d'imagerie et de tests fonctionnels chez une cohorte de 348 personnes souffrant de COVID long dont 66 % présentaient au moins un symptôme évocateur de cette forme de la maladie. L'évaluation complète a été réalisée chez les 22 premiers patients (soit 10 % du total) des patients de la cohorte, âgés en moyenne de 44 ans et à 91% des femmes.

L'étude est en toujours cours et continue de recruter des patients.

Cette analyse préliminaire constate que :

les Symptômes les plus fréquents comprennent

  1. la Diarrhée (73 %),

  2. la Tachycardie (59 %),

  3. les Étourdissements,

  4. la Dysphagie  (trouble de la déglutition)

  5. la Dysphonie (45 % chacun) - difficultés à parler et/ou à se faire entendre.

  6. l' Hypotension orthostatique (14 %) - baisse excessive de la pression artérielle (PA) en position debout.

  • 19 participants (soit 86%) présentent au moins 3 symptômes du COVID long :

la durée antérieure médiane de leurs symptômes est de 14 mois ;

  • 6 des 22 patients (27 %) présentent une altération du nerf vague dans le cou,

révélée par l'échographie, y compris à la fois un épaississement du nerf et une «échogénicité» accrue qui indique de légers changements réactifs inflammatoires ;

l’échographie thoracique montre des « courbes diaphragmatiques » aplaties chez 10 participants sur 22 (soit 46 %) : cela traduit une diminution de la mobilité diaphragmatique lors de la respiration, ou une respiration anormale ;

  • 10 des 16 participants, soit 63% présentent une faiblesse des muscles respiratoires ;

les fonctions alimentaire et digestive sont affectées chez certains patients :

  • 72 % présentent une dysphagie oropharyngée auto-évaluée (difficulté à avaler) ;

  • 42 % ont une capacité altérée à délivrer de la nourriture à l'estomac via l'œsophage, 25 % signalant des difficultés à avaler ;

  • 47 % ont un reflux gastro-oesophagien (RGO, reflux acide) ;

  • 47 % présentent un problème de fonction vocale (telle qu’évaluée par le test Voice Handicap Index 30) et

  • 88 % (de ces 47 %) souffrent de dysphonie.

 

Ainsi, cette évaluation pilote révèle une prévalence non négligeable (27 %) d’altération du nerf vague chez ces participants ayant un COVID long, et chez ces mêmes participants, est observée toute une gamme d'altérations significatives, cliniquement pertinentes, structurelles et / ou fonctionnelles de leur nerf vague, dont un épaississement nerveux, des difficultés à avaler et des symptômes de respiration altérée.

 

Selon ces chercheurs,

le dysfonctionnement du nerf vague est une caractéristique physiopathologique centrale du COVID long.

Ces résultats qui apportent à la compréhension de cette forme longue et fréquente de la maladie devront être affinés par les prochaines analyses des données de l’ensemble de la cohorte.

NERF VAGUE & ÉMOTIONS ?

Quand nous sommes stressés, anxieux, angoissés, l’activité du nerf vague décroit fortement.

Avec l’action complémentaire du système sympathique, le rythme cardiaque s’accélère alors.

Le stress inhibe l’activité du nerf vague, l’empêchant d’exercer son action anti-inflammatoire.

Normalement, quand l’épisode stressant a été surmonté le nerf vague reprend du service pour garantir la récupération du corps et de l’esprit.

Toutefois, en cas de dépression, d’anxiété, ou de stress chronique on assiste à un effondrement de l’activité vagale qui ne parvient pas à se réactiver complètement.

Si tu es un as de l'émotion à fleur de peau (blocages et blessures émotionnelles, de la peur, du non lâcher prise ou du manque d'Ancrage, je t'invite à découvrir ce Soin énergétique puissant

 

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